En la actualidad, con el estado de alarma, los cuidadores de personas con enfermedades neurodegenerativas, tienen más difícil acceder al apoyo y respiro con el que cuentan normalmente, al no permitirse las visitas de familiares, siendo fuente de apoyo social y respiro principal junto con los centros de rehabilitación presencial o a domicilio. Convirtiéndose los cuidadores en las únicas personas de atención esencial de los familiares.